Amo Ensenada por la calidez de su gente, por ese clima tan excéntrico del que gozo a lo largo del año. Donde el tiempo se detiene al menos por instante y ese momento es aquel que jamás quiero se acabe. Cuando siento el viento rozar mi rostro y respirar el agradable aroma que emana la brisa del mar. El caminar sus calles y ver a las personas realizar sus actividades cotidianas como desde ir a la oficina como el llevar a los hijos a la escuela.
Amo el recorrer la zona centro desde la Ave Juarez hasta la Ave Ruiz Gastelum y Obregon. En donde los fines de semana es típico el ver a las familias pasear por las distintas zonas del centro con sus hijos o ver una que otra pareja de jóvenes sostenidos de la mano caminar y sonreir por el parque Revolución. En donde llevo a mi sobrinita a jugar con los demás niños y gozar de las
distintas actividades que se realizan en el parque. Desde ver a las
personas de tercera edad jugar ajederez hasta verlas cantar y bailar
frente al kiosko. Incluso he llevado a mi madre quien se lo ha pasado de
lo lindo.
Amo Ensenada por que me remonta a mis tiempos de mi niñez donde mi madre solia llevarme todos los domingos a las carpas que se establecían en la Ave Riverroll abarcando desde la calle Sexta hasta la Octava y la calle Séptima desde la Riveroll hasta Gastelum. Ahi compraba uno que otro juguete con el ahorro de mis domingos. (Recuerdo que cada domingo mi madre me daba un billete de cinco mil pesos).
Amo su cultura, sus tradiciones, el estar tan cerca del mar y poder disfrutar de la toda la gastronomía que se deriva de el. Desde los taquitos de pescado en el Fenix hasta los diferentes mariscos que puede uno encontrar en el mercado negro. Y claro, sin hacer a un lado el atun, marlin y la langosta. Pero sobre todo me encanta que casi en cada esquina en la zona centro, hay un puesto de ceviche listo para ser servido.
Amo Ensenada por el simple hecho de haber sido afortunado de haber nacido en la gran bella cenicienta del Pacífico y haber pasado los mejores años de mi vida ahí. Definitivamente son tantas las cosas y los recuerdos de mi ciudad que no bastarían miles de hojas para describirlos pero que los llevo por siempre en mi corazón. Y estoy seguro que así como yo, cáda uno de ustedes tiene su propia historia.
Reciban un afectuoso saludo de mi parte mis Ensenadeneses esperando disfruten de esta pequeña anécdota sobre mi ciudad.
Con cariño:
Alejandro de los Santos.